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lunes, 24 de septiembre de 2012

la Belleza

Suena una música delicada y suave, una guitarra, un piano. Alguien lanza al aire pompas de jabón. Los niños las miran con los ojos muy abiertos, en el silencio de sus palabras aún no estrenadas, deslumbrados por su brillo, absortos, siguiendo su lento baile en descenso hacia el suelo. Se levantan del regazo de mamá y caminan con cortos pasitos vacilantes hacia las pompas transparentes. Alargan sus manitas anhelantes hacia ellas, que les burlan y esquivan en su danza errática. Se mueven torpones, chocando a veces unos contra otros, hasta que por fin tocan alguna pompa, o bien las pompas caen al suelo, y hacen pop, efímeras, y se desvanecen. Mucho tiempo después de que la última pompa multicolor haya estallado, los niños siguen mirando al aire embelesados, expectantes, maravillados.

jueves, 13 de septiembre de 2012

Ett glas vatten

Acabábamos de llegar a los EEUU, con la boina en una mano y el diccionario Oxford en la otra.
Me dirigí al camarero del bar de la universidad. Esta va por Monroy, mi profesor de inglés del instituto, me dije con una sonrisa autosuficiente:
- Hi, can I have a glass of water, please?
- A glass of what?
- Water
- What?
- (la confianza en Monroy disminuyendo) Wata?
- ¿?
- Worar? 
- ¿?? Coke?
- No! (maldito Monroy) Warer?
- Beer?
- Yes, please (from lost to the river…)
Por eso los españoles tenemos fama de borrachos y fiesteros. Por culpa de Monroy.
Y así pasó una y otra vez.  Y transcurrieron los días, los meses, contratos, viajes, un hijo…meros pasatiempos. Hasta que un día, por fin, ocurrió el milagro:
- A glass of water, please
- Here you are
Y sin más preámbulo me lo sirvió. Estupefacta, miré aquel vaso que se encontraba frente a mí, con sus hielos transparentes, su pajita apuntándome directamente a la nariz, su rodaja de limón fresca y aromática. ¿Color? El adecuado. ¿Consistencia? La apropiada. No había duda. Era water. Water de la buena.
Después de permitirme cinco minutos para derramar copiosas lágrimas por la emoción, me di cuenta de lo que realmente significaba aquello, como se dio cuenta Mary Poppins cuando cambió el viento: It’s time to go. Objetivo cumplido, mission accomplished, feina feta, no queda nada más que hacer en los EEUU, es hora de marchar.
Así que Nacho y yo hicimos las maletas de nuevo y nos sentamos frente a frente, meditabundos, cavilosos. ¿Qué esperar ahora de la vida? ¿qué nuevo desafío podría dar sentido a nuestra existencia?...
- Belén (y clavaste tu pupila en mi pupila azul), ¿cómo se dirá agua en sueco?